María Eliana
Quezada… mujer apasionada en todo cuanto se propone hacer. Y, todo cuanto se ha
propuesto en esta vida, difícil que le ha tocado de cerca, no solo lo ha hecho
bien, sino desbordando con empeño las líneas de la excelencia.
Así, a mediana
edad, en la búsqueda permanente de sus dones, aflora su talento y la catapulta
a lo sublime de las bellas artes... Sale su genio para convertir el lienzo en
expresión bonita de luz y sombra, de líneas y colores, de figuras y paisajes en
una manera propia que emerge de lo más profundo de su ser.
Y, hay que verla
ocupándose de sus deberes cotidianos con afán, con amor, con humildad y sacar
tiempo de donde no hay para profundizar sus conocimientos en todo cuanto le
gusta. Sensibilidad que deviene de sus ancestros y que luego acelera en el
tiempo y la lleva por los caminos de los museos, los talleres de arte, las
exposiciones ambulantes y la lectura permanente.
Esta muestra
plástica de la Ely, como la llaman cariñosamente sus más allegados, es un buen
ejemplo de las oportunidades que ofrece la vida para todos. Pero, como Ely bien
sabe, se necesita pasión, esfuerzo, tenacidad y sacrificio para traspasar la
puerta que se abre ocasionalmente.
Santiaguina de
nacimiento, su sensibilidad la lleva además, por caminos exotéricos…la sabiduría
del Reiki, imposición de manos, lectura de cartas, conocimiento de las runas.
Profesa a lo largo de su vida, especial respeto por los deberes y
responsabilidad del hogar, la hospitalidad, los sabores y colores de la cocina,
el gusto por los viajes.
Busca su paz
allá, lejos en el bosque frente al mar donde tiene su casa de campo y donde ha
montado su taller de inspiración… Todo esto hace firme su filosofía de vida:
“No importa dónde y en que circunstancia se nace, lo importante es lo que se
hace y constituye luego felicidad”.
En esta hora tan
especial no solo para Ely sino que también para su hija, sus padres, su familia,
sus amigos, vale recordar que el sol sale para todo el mundo y la lluvia
también… vale decir, entonces … Ely, después de tantas tempestades esperamos
que el sol no solo alumbre sino que brille en tu camino por siempre.
Ildemaro González Ochoa
Periodista
Caracas . Venezuela